Carol (“Carolina”) y Sherwood (“Miguel”) Guernsey, los fundadores del Fondo para el desarrollo del mundo nuevo
Carol (“Carolina”) y Sherwood (“Miguel”) Guernsey, los fundadores del Fondo para el desarrollo del mundo nuevo, fueron voluntarios del Cuerpo de Paz del 1969 a 1971 en un pequeño pueblo rural en Panamá, el cual se llama “La Laguna”. El pueblo se ubica a lo largo de la unica carretera pavimentada del pueblo grande de Las Tablas hasta Pedasí, un pueblo cerca del final de la Península de Azuero.
Carolina trabajó en un programa para las mujeres del Azuero que se centró en la salud de la mujer y los hijos. Miguel trabajó en proyectos para mejorar la diversidad agrícola y la modernización de las prácticas agrícolas.
Sus dos años en La Laguna fueron de lo más significativos de su vida. Cuando se fueron en 1971, sintieron que habian dejado muchos amigos muy queridos. Pasó el tiempo, y siempre se acordaban de su tiempo en Panamá como importante y especial.
Después de 40 años, estaban curiosidos. ¿ Como sería la Laguna ahora ? ¿La gente recordarán de ellos?
¿Hay una manera en que pudieran trabajar con el pueblo de nuevo para ayudar a mejorar las condiciones de vida?
Decidieron volver. Un día, Carolina y Miguel llegaron al peublo con poco aviso, lo encontraron así como en los viejos tiempos. La gente de La Laguna era familia, y nunca se olvidaron. Dieron la bienvenida tanto a Carolina y Miguel con los brazos abiertos.
El pueblo había cambiado de muchas maneras, pero todavía era familiar. Las “casas de quinche” (barro y paja) habían desaparecido. Muchos habían vendido sus tejas para los techos de los nuevos hoteles en la cercana Pedasí. Reemplazaron las casas tradicionales con casas de bloques de cemento con techos de zinc.
Sin embargo, la pequeña casa de barro que había sido su hogar durante dos años todavía estaba allí. Los cambios mayores eran el agua que llegaba a casi todas las casas, la electricidad y las estufas. Las mujeres ya se veian mas liberadas de sus actividades del hogar que consumen tiempo; por ejemplo, ya no tenían que pasar sus días buscando leña y caminando al río. Pero la gente, la música y la cultura eran todos iguales.
Después de mucho tiempo de paseo y celebración , Carolina y Miguel invitaron a sus amigos panameños a trabajar juntos de nuevo para ayudar al pueblo en cualquier proyecto que creíen necesario. Anunciaron una reunión para la comunidad, y más gente vino que nunca habían llegado a una reunión hacía 40 años!
La gente dieron prioridad a computadoras para el pueblo y la escuela, clases de inglés, un campo de béisbol y luces intermitentes a lo largo de ambos lados de la carretera para advertir a los automovilistas que hay una escuela más adelante.
No habían computadoras en la comunidad, y no habia Internet, ni siquiera en la escuela. Ademas, no había lugar para practicar su deporte favorito: el béisbol. (Habían estado jugando lo mejor que pudieron en un campo lleno de materiales de construcción de carreteras, con un tubo metálico para un bate).
Muchos querían participar. Organizaron comités para cada proyecto. La Maestra Flor de Maria Prado de Hernandez, amiga de hace 40 años, fue nombrado coordinadora. Había un montón de trabajo que hacer.
Al volver, Carolina y Miguel han sido capaces de ayudar al pueblo a avanzar.
